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Utilizando aves costeras para estudiar calamares

Translated by Sandra Schleier, Original post BY REBECCA FLYNN

 

Artículo: Pereira, J.M., V.H. Paiva, and J.C. Xavier. 2017. Seabirds mapping the distribution of elusive pelagic cephalopod species. Marine Ecology Progress Series 567: 257-262. DOI: 10.3354/meps12020.

 

¡Este mes celebramos el día del océano! Y Aprendimos sobre las siguientes áreas de las ciencias marinas: restauración de manglares, bioremediación oceánica y arqueología marina. Hoy yo les voy hablar de la biología del mar abierto. El mar abierto es un ecosistema desafiante para estudiar: es remoto, hondo y vasto. Algunos científicos se dedican a estudiar las criaturas que viven ahí, pero no obstante tienen que buscar maneras innovadoras para hacerlo.

 

Fig. 1: Calamar Galiteuthis glacialis, ilustraciones de Carl Chun, 1910.

Toma un momento para pensar que tú sabes acerca del calamar. A lo mejor te vino a la mente ideas como: ¡Existe el calamar gigante! ¡Botan tinta para defenderse! ¡Saben buenos! O ¡Su piel cambia de color y textura para parecerse a sus alrededores! Todo cierto y muy interesante. Los calamares son cefalópodos (como los pulpos) y existen sobre 300 especies en el mundo. Para mejor describir la especie, hay unas piezas de información general que a lo científicos les gusta tener: descripción física (en especial identificadores únicos), donde viven, que comen y quien se los come, para nombrar algunas. Pues resulta que los científicos no saben exactamente donde algunas especies de calamar viven. Pero aún siguen investigando y están utilizando información de quien se los come para averiguarlo.

Los científicos desconocen mucha información de la distribución de los calamares pelágicos (mar abierto) que viven en el Océano Sureño. Los calamares son nadadores rápidos, viven en el océano abierto, en áreas remotas y vastas incluyendo las profundidades y son raramente capturados en redes de pesca. Pero, aun cuando no son capturados a menudo por científicos, son capturados e ingeridos por depredadores, incluyendo aves costeras como el albatros errante.

Fig. 2: Mapa mostrando Bird Island en el Sur de Georgia. Recurso: Public Domain.

Un equipo de científicos aprovechó la población de los albatros errantes quienes se reproducen y crían a sus crias en Bird Island al sur de Georgia. Estos albatros cazan sobre áreas grandes y largas distancias, incluyendo las aguas frías del Antártico y las aguas más calientes del sub-Antártico y regiones sub-tropicales. Por lo general se alimentan de peces y cefalópodos. Los científicos etiquetaron 17 albatros con registradores de GPS, grabadora de actividades y probeta estomacal de temperatura; las aves fueron liberadas con el equipo por un viaje multi-día de caza y recuperado rápido después para tomar los datos.

La combinación de información que obtuvieron del equipo les permitió enlazar las piezas y crear la historia del viaje. El GPS mostró las localizaciones y la grabadora de actividad registró tiempo pasado en el agua vs volando (el tiempo del cual puede ser pareado con la localización del GPS). En general, la probeta estomacal de temperatura fue lo más fascinante. Cada vez que un albatros ingería su presa, esa presa, que se encontraba de una temperatura más fría que el estómago del albatros, cambiaba la temperatura estomacal y la probeta lo documentaba. Basado en las frecuencias de las ocurrencias de cambio de temperatura estomacal, determinaron que la captura de presas ocurría cuando la temperatura bajaba debajo de 37°C, mientras que cambios pequeños de temperatura donde se mantenían arriba de 37°C correspondían a ingestión de agua. Por otro lado, también verificaron utilizando las mismas ecuaciones que usaron para calcular la masa de la presa ingerida; dichas fórmulas son basadas en el largo del tiempo que toma al estómago calentarse luego de ingestión y la substancia ingerida. ¿Cómo saben que fue ingerido? Colectaron muestras de la dieta de cada ave una vez regresaron e identificaron los componentes en el laboratorio (lo cual quiere decir buscar en su vómito pedazos de peces, crustáceos y cefalópodos).

 

Fig. 3: Albatros errante. Recurso: Australian Government, Dept. of the Environment and Energy.

 

Los científicos sí se enfrentaron a pal de retos cuando interpretando sus datos. Por ejemplo, algunos de los albatros habían consumido fragmentos de cuerpo que indicaba que la presa era muy grande para ellos ingerir completa. Por tanto, asumieron que los albatros tuvieron que haber ingerido calamares de más de 500 gramos, en ocasiones estos podrían estar muertos en la orilla. En adición, una de las especies de calamar que fue consumida es una caña común utilizada por los pescadores de la región, por ende, los científicos removieron esos datos de su análisis ya que no podían atribuir la captura del calamar al albatros o los pescadores. Dado estos retos, los investigadores han considerado continuar sus estudios añadiendo al equipo pequeñas cámaras. El uso de las cámaras pudiera entonces ayudar identificar las presas, enseñar si estas estaban vivas o muertas al momento de ingestión y mostrar el tamaño real de las presas. El metraje capturado por la cámara podría ser utilizado para identificar falsos negativos, como cuando se piensa que un albatros ingirió agua por el cambio de temperatura, pero de verdad ingirió una aguaviva. Los científicos también les gustaría incrementar el número de aves para cubrir un área más grande del océano. Yo, por una, espero ver los resultados de tal estudio y a lo mejor parte de los videos tomados. Próximamente al cinema: El Albatros vs el Calamar.

Pero hasta entonces, vean este video del albatros errante!

 

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